FUSILAMIENTO DE TORRIJOS Y SUS COMPAÑEROS EN LAS PLAYAS DE MÁLAGA. ANTONIO GISBERT (1834-1902). ÓLEO SOBRE LIENZO. 1888. MUSEO NACIONAL DEL PRADO. SALA 061A
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga. Antonio Gisbert (1834-1902). Óleo sobre lienzo. 1888. Museo Nacional del Prado. Sala 061A.
Si un cuadro representa la Historia de España del siglo XIX y primer cuarto del XX es el Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga.
La obra está expuesta en una de las grandes salas de la planta baja del museo, preparadas especialmente para los cuadros de grandes dimensiones sobre temática de Historia.
Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga (Antonio Gisbert, 1888)
Una de las primeras publicaciones que realicé en este blog, trató sobre El testamento de Isabel La Católica de Eduardo Rosales. En esa entrada, hablamos sobre la importancia de la pintura de Historia en el siglo XIX en España, un tema que se centraba fundamentalmente en el reinado de los Reyes Católicos y su nieto, el emperador Carlos V. Una época brillante y de mayor esplendor de la Historia de España, recordando cuando éramos el Imperio donde no se ponía el sol. La idea era una construcción de unidad y entidad nacional.
El testamento de Isabel La Católica lo realiza Eduardo Rosales en el año 1864 en pleno reinado de Isabel II (1833-1868) y el Fusilamiento de Torrijos lo pinta Antonio Gisbert en el año 1888. Entre estos años, la Historia de España había dado un vuelco.
Isabel II tuvo que marcharse al exilio después de la revolución de La Gloriosa de 1868. Esa revolución dio paso a una etapa llamada EL SEXENIO DEMECRÁTICO (1868-1875). 6 años en los cuales hubo dos gobiernos provisionales, la monarquía de Amadeo de Saboya y la Primera República. Esta etapa, termina con el levantamiento militar del general Martinez Campos en Sagunto (29 de diciembre de 1874) proclamando rey a Alfonso XII, heredero de Isabel II, restaurando la monarquía borbónica.
Cuando Alfonso XII sube al trono, se vuelve a una nueva monarquía parlamentaria maquillada por un sistema de bipartidismo: CONSERVADORES, liderados por CANOVAS y LIBERALES, liderados por SAGASTA. Estos dos partidos se alternaban en el poder, todo ello ya programado a través de la elecciones con PUCHERAZO de por medio, para que salieran los resultados convenidos. Este sistema tendrá una duración corta hasta la crisis del propio sistema en el reinado de Alfonso XIII (1885-1931).
El cuadro del Fusilamiento de Torrijos es encargado en plena Regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena (1885-1902). La reina tuvo que ejercer la regencia de su hijo, el futuro Alfonso XIII, hasta que fuera proclamado mayor de edad. Ella estuvo de acuerdo con el sistema implantado por Cánovas de alternancia política, siendo el momento de mayor esplendor de esta "nueva" forma de gobierno.
Práxedes Mateo Sagasta, líder de los liberales, encargó esta obra al alicantino Antonio Gisbert (1834-1902), también miembro del partido liberal, y artista que refleja las ideas liberales a través de sus obras.
Gisbert estuvo "enfrentado" con otro pintor: Casado del Alisal, que al contrario que Gisbert era pintor perteneciente al partido conservador de Cánovas del Castillo. Entre ellos, siempre hubo una pugna ideológica que mostraban a través de sus obras.
Los Comuneros (Antonio Gisbert, 1860). Reflejo de la lucha por la libertades.
En cuanto al encargo del Fusilamiento de Torrijos, el gobierno liberal, quería encargar una obra que fuera referente de los ideales de libertad y a la vez de valentía. Personajes que son capaces de morir por su ideas, luchando hasta el final por la libertad del individuo... y que mejor que el personaje de Jose María Torrijos.
JOSÉ MARÍA TORRIJOS (1791-1831)
José María Torrijos (1791-1831), nació en Madrid en el año 1791. Ingresó en el ejército y estudió ingeniería militar en la Academia de Alcalá de Henares. Cuando entraron las tropas napoleónicas en Madrid, se unió a la población madrileña. Estuvo luchando con Pedro Velarde donde fue hecho prisionero y consiguió escapar de la condena a muerte, participando en diversas batallas de la Guerra de la Independencia (1808-1814).
José María Torrijos (Ángel Saavedra)
Durante la guerra tuvo diversos cargos: 1810, teniente coronel por su participación en el frente catalán (Vic, Barcelona) y en el año 1811, instructor militar con labores de adiestramiento en Cádiz. Se trasladó con sus tropas a Badajoz participando en varias batallas pero la más importante fue La Batalla de Vitoria (21 de junio de 1813), fundamental para la victoria contra los franceses. Gracias a estos éxitos se le otorgó el grado de brigadier y la cruz de Caballero de la Orden de San Fernando.
Sus ideas liberales fueron floreciendo hacia el final de la guerra. Se piensa que las labores que ejerció en Cádiz, en aquellos momentos capital de los liberales y ciudad cuna de la primera constitución española conocida como La Pepa (1812), y el contacto con este sector político, hicieron de Torrijos un autentico defensor del liberalismo.
Cuando finalizó la guerra, Fernando VII (1814-1833) volvió a implantar el absolutismo, no juró la Constitución de 1812 y empezó una política de represión contra los liberales, esos liberales que había luchado porque él, este rey, este petardo, que empezó la persecución de españoles, por parte de otros españoles, simplemente por pensar diferente. Españoles... persiguiendo españoles... no será la primera ni la última vez en la Historia.
Fernando VII (Goya, 1814)
Muchos liberales, tuvieron que huir al exilio, preparando diferentes golpes militares de carácter liberal para obligar al rey a jurar la constitución y conseguir la ansiada transición constitucionalista.
Torrijos, en los primeros meses del reinado de Fernando VII (1814-1833), fue nombrado gobernador militar de Cartagena, Murcia y Alicante, como recompensa a su labor militar en la guerra. Pero las ideas liberales habían calado en él, de tal manera que proyectó una sublevación en Andalucía en el año 1818. Descubierta la conjura, fue encarcelado.
En el año 1820, triunfará la sublevación liderada por el General Riego en Cabezas de San Juan el 1 de enero de 1820, dando inicio a una segunda etapa en el reinado de Fernando VII (1814-1833) conocida como el TRIENIO LIBERAL (1820-1823). Fernando VII juró la constitución el 7 de marzo de 1820 y pronunció estas palabras: "Marchemos francamente y yo el primero por la senda constitucional"... ¡SERÁ MENTIROSO!.
Desde el primer momento estaba preparando todo para derrocar a los liberales y volver al absolutismo...
Después del triunfo de la sublevación de Riego, Torrijos fue liberado y nombrado jefe del Estado Mayor de las tropas sublevadas en Murcia. Estuvo en Madrid, donde el rey le tentó para preparar una sublevación de carácter absolutista, pero Torrijos que le quería lo mismo que le quiero yo a Fernando VII, denegó la "invitación", lo que le supuso la enemistad con el rey.
Siguió aumentando su importancia dentro de los liberales: mariscal de campo, jefe de la V Región Militar de Navarra y por último, ministro de Guerra, que no llegó a jurar.
Mientras en Europa se estaba fraguando la ayuda a Fernando VII a través de la Santa Alianza. Hay que reseñar, que después de la caída de Napoleón, en Europa se produjo la restauración de las monarquías, el liberalismo y constitucionalismo no entraba en los planes europeos, se ansiaba la vuelta al Antiguo Régimen Absolutista.
Todo esto llevó a la entrada en España de tropas francesas, los conocidos como CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS, liderados por el Duque de Angulema, el futuro Carlos X de Francia, el 7 de abril de 1823. Este ejército fue recibido por parte del pueblo español con los gritos de: "¡VIVA AL REY ABSOLUTO!" y "¡VIVA LA RELIGIÓN Y LA INQUISICIÓN!" consiguiendo restituir al rey en el absolutismo. Se "anula" la Constitución de 1812, entrando en la última etapa del reinado de Fernando VII (1814-1833) conocida como la DÉCADA OMINOSA (1823-1833), que significa DESASTROSA...
Torrijos estuvo luchando contra las tropas de los Cien Mil Hijos en Cartagena pero debido a la derrota, tuvo que marcharse al exilio a Inglaterra en noviembre de 1823.
Algo que no se sabe, es que Torrijos fue bien recibido en Inglaterra, el propio gobierno británico le dio una pensión por luchar valientemente en la Guerra de la Independencia (1808-1814). Es muy triste que te recompensen otros países por la labor que has hecho en tu país, y que tu país te persiga, simplemente y vuelvo a repetirlo, por pensar de manera diferente.
Torrijos no se quedo quieto, enseguida se puso en contacto con otros exiliados en Londres, entre ellos Espoz y Mina, surgiendo en Londres en el año 1829, la Junta Directiva del Alzamiento Nacional, que se encargaría de coordinar otro levantamiento contra Fernando VII.
En septiembre de 1830 con la ayuda de algunos ingleses, en este caso de Robert Boyd, se embarcan en dirección a Gibraltar , donde intento en varias ocasiones, sin éxito, entrar a España para organizar el alzamiento. La explicación de estos fracasos, era el escaso apoyo de las tropas españolas, hasta que llegó el General Vicente González Moreno, gobernador de Málaga. Torrijos y él se conocían, combatieron juntos en la Guerra de la Independencia. Pero... realmente fue una trampa....
Vicente González Moreno (El traidor)
El 30 de noviembre de 1831, salieron de Gibraltar con 50 hombres, siendo apresados en Alharín de la Torre (Málaga) por el propio González Moreno con tropas favorables a Fernando VII.
El 11 de noviembre de 1831, fueron condenados a muerte, sin juicio, siendo fusilados en la Playa de San Andrés de Málaga.
Monumento a Torrijos y sus compañeros (Plaza de la Merced, Málaga)
Torrijos antes de morir, le escribió una carta a su esposa Luisa Carlota Saenz:
Carta de Jose María Torrijos a su esposa Luisa conservada en el Congreso de los Diputados
La carta fue escrita el mismo día 11 de diciembre de 1831, día de la ejecución
¿Entendéis por que ODIOOOOOO A FERNANDO VII?
EL FUSILAMIENTO DE TORRIJOS Y SUS COMPAÑEROS
Gisbert enmarca la escena en la Playa de San Andrés de Málaga, lugar de la ejecución, con la iglesia de la Virgen del Carmen de fondo. Lo que nos hace sentir la obra al verla, es una tensión sensorial, una emoción contenida pero a la vez la realidad de la escena. Llegas a captar los miedos, tensiones y a la vez la injusticia. Aunque no conozcas su historia, aunque no conozcas quien es Torrijos, ves al héroe, mejor dicho, a los héroes, que a la hora de enfrentarse a la muerte, muestran sus sentimientos. Algunos aparecen rezando, otros despidiéndose con un gran abrazo, algunos con rabia contenida, otros afrontando la muerte con entereza, con tristeza, con miedo o con resignación.
Boceto
¡Es un cuadro SORPENDENTE!
Torrijos aparece no en el centro de la escena, pero si es el más adelantado. Nuestro protagonista, está cogido de las manos de sus compañeros, sus amigos.
De izquierda a derecha: Robert Boyd (1805-1831), Juan López Pinto Berizo (1788-1831), Manuel Flores Calderón (1775-1831), José María Torrijos (1791-1831) y Fernando Fernández Golfín (1771-1831)
José María Torrijos con la mirada perdida, mezcla de rabia y resignación.
Juan López Pinto-Berizo
Robert Boyd. Joven inglés con quien contactó Torrijos en su exilio en Londres
Manuel Flores Calderón
Fernando Fernández Golfín junto con un monje franciscano que le venda los ojos
A la hora de realizar la composición, Gisbert parte de Goya y los Fusilamientos de la madrugada del 3 de mayo (1814). En los fusilamientos de Goya, el pintor, para representar el dramatismo, nos muestra a algunos de los condenados a muerte, ya fusilados, mientras que otros están justo a punto de serlo, lo que marca la emoción en la escena. En el caso de Goya, aporta el farol en casi el centro de la composición, para ejercer un claroscuro que ilumina al personaje que abre los brazos, en un gesto de valentía. Los personajes son anónimos, da importancia al arrojo, el miedo, la desesperación pero... con un mismo objetivo: la lucha sea por la defensa de las ideas o en este caso por la lucha contra el invasor.
En el caso de Gisbert, utiliza en la composición la misma representación de los fusilados pero en este caso en la playa, incluso deja personajes fuera de la composición donde solo se ve la mano que aparece en la parte inferior de la obra junto con un sombrero de copa. Esto no deja de ser un encuadre fotográfico (en aquellos momentos un apoyo para la pintura), un juego para abrir la imaginación del púbico, abriendo la escena a personajes que están fuera de ella.
En cuanto a la iluminación, Gisbert sigue la ambientación de la madrugada en Málaga. El fusilamiento se produce al amanecer con una luz mucho más marcada que en Goya pero a la vez nos plasma la propia atmósfera en pleno invierno en la Playa de San Andrés, con un mar picado, un mar que muestra la furia y la rabia de lo acontecido en la escena.
Esta magnífica obra, no forma parte de la Exposición Reencuentros debido a sus grandes dimensiones. Si esta maldita pandemia nos deja, lo podréis admirar en unos meses dentro de las grandes obras del siglo XIX en El Museo del Prado en la colección permanente.
Un abrazo
BIBLIOGRAFÍA:
* Página web: Museo Nacional del Prado.
* Página web: Biografía y vida: José María Torrijos.
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