SATURNO DEVORANDO A SU HIJO: GOYA Y RUBENS. EXPOSICIÓN REENCUENTROS. MUSEO NACIONAL DEL PRADO. SALA 029

Saturno devorando a su hijo. Goya y Rubens. Exposición Reencuentros. Museo Nacional del Prado. Sala 029

Visitar la Exposición Reencuentros del Museo Nacional del Prado es una oportunidad única. Primero porque nunca podremos tener la ocasión para ver las mejores piezas del museo en la Galería Central y segundo porque hay algunas pinturas que están expuestas comparativamente de una manera especial. 

Una de estas pinturas es: SATURNO DEVORANDO A UNO DE SUS HIJOS. Un tema con dos versiones: Pedro Pablo Rubens (1577-1640), pintor flamenco, trabajó para Los Austrias desde Isabel Clara Eugenia, Felipe III y Felipe IV y Francisco de Goya (1746-1828), pintor de corte de Carlos IV y Fernando VII (si mi querido amigo... ese amigo del alma... ese....). 

Un tema, dos visiones, dos versiones, características diferentes y con casi dos siglos de diferencia:

¿Quién es Saturno o Cronos? ¿Quién es este dios de la mitología que se zampa a sus queridos retoños?

Saturno devorando a su hijo (izquierda Goya, derecha Rubens)

URANO, dios del cielo y GAIA, diosa de la tierra, tuvieron 12 descendientes, los TITANES, uno de ellos Saturno.  Con la ayuda de su madre, atacó y castró a su padre con una guadaña (creo que el padre era un tío muy simpático), de tal manera que Saturno se convirtió en el dueño del universo. Hay que destacar que los testículos de Urano fueron tirados al mar, produciendo una espuma de la cual nació AFRODITA O VENUS (la diosa más bella, la diosa del amor...).

SATURNO, se casó con su hermana REA O CIBELES, engendrando 6 de los 12 dioses del Olimpo. Como Saturno tenía miedo que sus hijos varones hicieran lo mismo que había hecho él con su padre, consultó al Oráculo. Este le dijo, que uno de sus hijos le depondría en el trono, de tal manera que hijo que tenía con Rea, hijo que se comía. 

Rea, que estaba un poco harta de que sus propios hijos sirvieran de "brunch" a su marido, consiguió esconder al sexto: ZEUS O JÚPITER por una piedra envuelta entre pañales (no sabemos si Saturno se comió la piedra). Rea escondió a su hijo en Creta y cuando este fue adulto, obligó a su padre a regurgitar a sus hermanos: HERA, POSEIDÓN, HADES, HESTIA Y DEMÉTER. Jupiter con la ayuda de cíclopes y gigantes, destronó a su padre y fue encerrado  junto a los titanes en el inframundo. 

La descendencia de Zeus o Júpiter (estos romanos y griegos que nos mezclan todo para hacernos la explicación más fácil) lo dejaremos para otro capítulo porque el muy pillín era peor que Felpe IV.

Después de hablar de la salsa rosa de los dioses... vamos con las diferentes versiones:

VERSIÓN PEDRO PABLO RUBENS

Rubens realiza esta pintura dentro de un encargo que le realiza el rey Felipe IV de España (1621-1665) para la Torre de Parada que se encontraba en el Monte del Pardo. La pintura está realizada en el año 1636-1638. Siguiendo la correspondencia del Cardenal Infante Don Fernando, hermano del rey y en aquellos momentos Gobernador de los Países Bajos. Esta nos indica los cuadros que debía realizar Rubens para la decoración de este edificio, representando las METAMORFOSIS DE OVIDIO, que narra la pasiones de los dioses. Era una torre que utilizaba el rey para descansar después de las largar jornadas de cacería, una torre de la cual solo nos quedan cimientos.  En este proyecto de la Torre de Parada participó Diego Velázquez con obras como EL DIOS MARTE, MENIPO O ÉSOPO. 


Marte. Pintura para La Torre de Parada (Diego Velázquez, 1638)


Menipo. Pintura para La Torre de Parada (Diego Velázquez, 1636-1640)


Ésopo. Pintura para La Torre de Parada (Velázquez, 1640)

Este encargo fue el mayor que recibió Rubens del rey, los lienzos se realizaban en el taller del artista en Amberes y se trasladaban a la capital de España. Muchos investigadores piensan que algunos lienzos que se hicieron para esta torre debieron ser realizados alumnos del taller como EL RAPTO DE GANÍMEDES O VULCANO. Los que si pertenecen a la mano del propio Rubens son los bocetos que realizó para cada una de las pinturas. Esos bocetos fueron el centro de una exposición en el Museo del Prado sobre la colección que conserva de ellos tanto de la Torre de Parada como de otros proyectos que hizo el artista. 


Vulcano. Pintura para la Torre de Parada (Pedro Pablo Rubens, 1638)


Rapto de Ganímedes. Pintura para la Torre de Parada. (Pedro Pablo Rubens, 1638)


En la obra de Rubens podemos percibir primero el formato, alargado, para aclimatarse a alguna de las estancias de la Torre de Parada. El personaje aparece independiente, ajustándose al marco. La escena es clara: Saturno, devora a su hijo, empezando por el pecho mostrando la cara de dolor del niño. Rubens, es el pintor barroco por excelencia, el mundo barroco, decide elegir el momento de mayor acción del tema a representar, de ahí  rostro desgarrador del niño mientras que su padre le "hinca el diente". Saturno aprieta con fuerza la espalda del niño, escorzado, apoyando los pies en la nubes y sujetando la guadaña (símbolo de la castración a su padre Urano) hace de la escena, una imagen nada contenida, es una representación completamente realista. Destacar nuestro Saturno "entradito en carnes" que tanto le gusta a nuestro pintor flamenco. 

Saturno devorando a su hijo (Pedro Pablo Rubens, 1636-1638)



VERSIÓN FRANCISCO DE GOYA Y LUCIENTES

La versión de Goya hay que entenderla dentro de un todo, ese todo son LAS PINTURAS NEGRAS. Esta obra pertenece a las 14 escenas que pintó en su casa de LA QUINTA DEL SORDO, a las afueras de Madrid, junto al río Manzanares que adquirió en el año 1819. 

Maqueta de León Gil de Palacio, representando La Quinta del Sordo (Museo Municipal de Madrid)

Estas pinturas fueron realizadas entorno al año 1820-1823 en la paredes del interior de la casa. Esta quinta la heredó su nieto Mariano Goya cuando su abuelo se marchó al autoexilio de Burdeos. Este vendió la propiedad en 1853 al barón francés Erlanger, mandando que se traspasarán a lienzo para llevarlas a su mansión parisina, donde fueron expuestas en la Exposición Universal de París de 1878. Afortunadamente acabó donando la colección al Museo del Prado en el año 1881. 

Tenemos fotografías realizadas in situ en el año 1873 por el fotógrafo francés: JEAN LAURENT, incluyéndose en el catálogo del Museo del Prado en el año 1900. La casa desgraciadamente fue derribada en el año 1910.


Fotografía de Jean Laurent: El Aquelarre (1874). En aquellos momentos La Quinta del Sordo 


Es imposible hablaros de la vida de Goya en una sola entrada. Su vida es tan intensa, vivió tantos momentos históricos a lo largo de su vida que simplemente hoy daremos unas pequeñas "pinceladas".

En el año 1819, cuando Goya adquiere la casa, España era una auténtica ruina. Fernando VII (1814-1833) está reinando de manera ABSOLUTISTA después de la Guerra de la Independencia (1814-1818). Esos españoles liberales que habían ayudado a que el rey recuperara su trono y volviera a España, estaban en el exilio debido a la persecución que se había llevado contra ellos. Españoles persiguiendo españoles...

Fernando VII (Francisco de Goya, 1814). ¡Le odiooooo!

La relación entre el rey y Goya nunca fue buena. Harto sabido, Goya era una "afrancesado", seguidor de las ideas nuevas marcadas por la Revolución Francesa (1789), nunca le gustó ese "chaval" que le faltaban unas cuantas mañanas (es mi amigo, os lo juro). 

En aquellos momentos, Goya, viudo de su esposa Josefa Bayeu (1812), con un único hijo superviviente: Javier, mantenía una relación con Leocadia Zorrilla de Weiss.. Se dice que ella se instaló con Goya en su casa trabajando como ama de llaves, pero se piensa que Leocadia tenía una relación sentimental con el pintor y que Rosario, su hija,  que vivía con ellos,  era hija del artista uyuyuyuyuyuyuyuy. Leocadia estaba casada con Isidro Weiss, su marido no murió hasta 1850. De ahí su polémica relación. 

Leocadia Zorrilla o Manola (Pinturas Negras, 1820-1823)

Se piensa que Goya, compra la casa para poder vivir con Leocadia y su hija sin que las habladurías llegaran excesivamente a la corte, y que mejor que una casita de campo a las afueras de Madrid para descansar tranquilos, y también de Fernando VII. Como veis Goya fue moderno hasta para eso. 

Goya decoró en un principio las paredes de la casa con temas dedicados sobre todo al paisaje pero hay un cambio, y ese cambio viene en el año 1820. Un golpe militar, liderado por el General Riego en Cabezas de San Juan, obliga a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 ¡"VIVA LA PEPA"!, inaugurando 3 años de gobierno liberal o conocido como el TRIENIO LIBERAL (1820-1823). Si nos fijamos en la fecha, el trienio liberal coincide con las realización de las PINTURAS NEGRAS. 

Estás pinturas fueron realizadas encima de estas antiguas, con la técnica del óleo, de tal manera que gracias a los estudios recientes, se ha podido ver lo que había bajo ese repinte. Goya tiene libertad para pintar, porque en aquellos momentos se respiraba liberalismo, una libertad efímera porque el 7 de julio de 1823, Francia interviene militarmente con los CIEN MIL HIJOS DE SAN LUIS, encabezados por el Duque de Angulema, volviendo a instalar para nuestro querido FERNANDO VII, EL ABSOLUTISMO (¡LE ODIOOOOOO!). Cabe recordar que tras la caída de Napoleón, se volvió a la Restauración de las Monarquías Absolutistas en Europa. 

Las pinturas negras son una novedad absoluta para el artista y para la Historia del Arte. Todos los artistas están sujetos a lo que quiere el mecenas, el encargo tiene que gustar al comprador. Goya en este caso pinta lo que quiere y donde quiere, manifestando unos temas que pocas veces había tocado el artista como la PINTURA MITOLÓGICA:  SATURNO DEVORANDO A SU HIJO O LAS PARCAS, PINTURA RELIGIOSA: JUDITH Y HOLOFÉRNES o LA PINTURA COSTUMBRISTA: VIEJOS COMIENDO, LA LECTURA, LA ROMERÍA DE SAN ISIDRO, DUELO A GARROTAZOS o EL PERRO... este última tema costumbrista está realizado en Los Cartones para tapices pero en este caso tiene una carga de realismo y crítica social maravillosa. ¡Qué Madrid más alegre el de los cartones... y que triste el de las pinturas negras!.

La pintura que estamos tratando en esta entrada: SATURNO DEVORANDO A SU HIJO, tiene ciertas similitudes con la de Rubens en cuanto a formato: independiente, alargado... pero... el tema lo trata Goya mucho más dantesco, más oscuro. Es verdad que el título de PINTURAS NEGRAS se da por el cromatismo de negros, grises, blancos o marrones que utiliza el pintor, lo que añade todavía más esa sensación de película de terror que nos quiere mostrar a través de la imagen. 

Saturno devorando a su hijo (Francisco de Goya, 1820-1823)

En el Saturo de Goya, no está dando un "mordisco" a su hijo, literalmente se ha comido la cabeza, parte de un brazo, no dejando que podamos percibir el rostro del personaje. Cuando explico esta pintura en el museo digo que es la pintura más "Tarantino" de todo el museo. Si este director de películas de "amor" quisiera representarnos a Saturno, lo haría como Goya. 

Las pinturas negras no suelen gustar al público, siempre digo que es por desconocimiento. Me impacta pasear por los cartones y ver un Goya contento y alegre. Su subjetivismo a la hora del retrato y ver su evolución al oscurantismo como artista y como persona de las pinturas negras. 

Pero sobre todo me fascina como se adelanta a su tiempo, como utiliza esta gama cromática que se seguirá utilizando en la pintura, en la fotografía y en el cine, marcando el blanco y negro como base del dramatismo en la escena. 

Goya fue nuestro primer reportero gráfico, nos mostró la vida antes de una guerra, los horrores de la guerra, la represión, la pobreza, la ignorancia y por ello tuvo que marcharse al exilio...

Si sabrá más el discípulo (Los Caprichos, Francisco de Goya, 1797)

Un abrazo


Comentarios