BOTE DE AL-MUGHIRA. 968. CALIFATO DE CÓRDOBA. TALLER MARFIL MADINAT AL-ZAHARA O DAR AL-SINA´A. MUSEO DEL LOUVRE
Bote de Al-Mughira. 968. Museo del Louvre
El Bote de Zamora, explicado en la anterior entrada, os ha dejado con la intriga por el culebrón familiar dentro de la familia Omeya.
Las piezas que conservamos del taller de marfil de Madinat al-Zahara, conocido como Dar al-Sina´a, están en diferentes museos tanto provinciales como extranjeros. Hay que reseñar que la ciudad palatina de Madinat al-Zahara tuvo una vida corta. Fundada en el año 936 por el primer califa Abd Al-Rahman III (912-976), fue saqueada por los beréberes en el año 1010, en el contexto de crisis y destrucción que terminó con la caída del califato en el año 1031. Algunas de estas piezas terminaron como botín de guerra y otras entre los restos de la ciudad para ser descubiertas a principios del siglo XX cuando se comenzaron las excavaciones.
El Bote de Al-Mughira se encuentra en el Museo del Louvre (París, Francia), cuando lo compro a una colección particular española. En el año 2001, volvió a su lugar de origen durante unos meses debido a una gran exposición que se hizo dedicado al Esplendor de los Omeyas en la ciudad palatina de Madinat al-Zahara.
Bote de Al-Mughira
HISTORIA DE AL-MUGHIRA
Este bote nos aporta información de un personaje controvertido e interesante de la historia de los omeyas: Al-Mughira, hijo de Abd Al-Rahman III.
Abd al-Rahman III (912-961) subió al trono como emir a la muerte de su abuelo Abd Allah. El padre de Abd al-Rahman, fue condenado a muerte por conspirar contra su padre, de tal manera que Abd al-Rahman fue educado por su abuelo desde pequeño.
En el año 929, proclamó el Califato de Córdoba (929-1031). Al proclamar el califato no sólo se convierte en el líder político sino en la cabeza religiosa. El título de califa, aparece a la muerte del profeta Mahoma, un título que recibe el sucesor del profeta como cabeza visible religiosa: "PRINCIPE DE LOS CREYENTES".
A partir de la proclamación del califato, Abd Al-Rahman empezó una política para asegurar la prosperidad de Al-Andalus, una política tan complicada para el califa que este llegó a decir que sólo fue feliz 14 días de su vida.
Abd al-Rahman tuvo tres esposas principales:
- Fátima: libre y prima segunda suya.
- Maryan: de origen crsitiano y madre del futuro califa Al-Hakam II.
- Mustad: la última de sus esposas (se casó con ella al morir las dos anteriores) y madre del protagonista de hoy: Al-Mughira.
A esto hay que añadir las concubinas del harén donde es muy probable que estuviera Zahara, la protagonista de la leyenda de la ciudad palatina, aunque su existencia no está clara.
Abd al-Rahman debió empezar a tener hijos desde muy joven y la longevidad del califa (murió con 70 años, no está nada mal para la época) hizo que algunos de sus hijos murieran antes que su padre (como me recuerda esta historia a la reina Isabel II de Inglaterra que ahí sigue vivita y coleando). Se tiene documentando que tuvo 18-19 hijos varones y 16 hijas.
Los hijos que llegaron a adultos y sobrevivieron a su padre fueron: Al-Hakam (futuro califa), Abd al-Aziz, Al- Mundir, Al-Asbag y Al-Mugira. El mayor, Al-Hakam con 46 años a la muerte de su padre y el pequeño Al-Mughira con 10 años. Hay otros que murieron de pequeños o que fueron mandados asesinar por el propio califa como el caso de su hijo Abd Allah.
Hay una hija de Abd al-Rahman muy especial, se llama Wallada y llegó a ser una de las mejores poetisas y cantoras de la corte omeya pero sobre todo y algo fundamental, fue una mujer libre, algo raro en la época.
El problema viene aquí, demasiados hijos varones, algunos de ellos hijos de las favoritas pero otros hijos de concubinas, lo que hace que la rivalidad entre ellas y sus hijos por llegar a la sucesión hizo que esto fuera una autentica fiesta de ¡CHASCARRILLOS!... y Al-Mughira protagoniza el de esta entrada.
Nos vamos a la muerte de Abd al-Rahman en el 961. Su sucesor es Al-Hakam II que, como hemos comentado subirá al trono con 46 años, en aquella época ya era un "madurito interesante". En el bote de Zamora hablamos de su matrimonio con Subh y en NO gusto por la mujeres que tenía el califa. A pesar de esto, Subh le dio dos hijos varones: Abd Al-Rahman que murió siendo pequeño e Hisham, futuro califa.
Después de tener estos hijos, Al-Hakam se centro en el gobierno y en sus libros, dejando a la pobre Subh aburrida en Madinat Al-Zahara... hasta que apareció Abi Amir, conocido como Al-Mansur o Almanzor que consiguió camelarse a la favorita-esposa del califa consiguiendo grandes títulos y educando al futuro califa Hisham de una manera mediocre para poder manejarlo.
El gobierno de Al-Hakam II (961-976) no fue muy largo, muriendo 15 años después de haber subido al trono. Fue un gobierno próspero tanto política, social y culturalmente hablando, dejándonos la ampliación más bella de la Mezquita de Córdoba.
Mirhab de la Mezquita de Córdoba realizado en mosaico. Ampliación de Al-Hakam II
Antes de morir, el consejo juró como heredero a su hijo Hisham que en aquellos momentos era menor de edad. Hisham fue nombrado heredero pero quien realmente gobernaba en Córdoba era su tutor y ministro: Al-Mansur.
Esto desató recelos entre los altos funcionarios debido al poder que ejercía Al-Mansur sobre el califa, buscando otro candidato al trono de Córdoba. Ese candidato no es otro que el hijo pequeño de Abd al-Rahamn III: AL-MUGHIRA que tenía 27 años.
Prepararon un golpe para deponer a Hisham pero Al-Mansur que había utilizado parte del dinero que había ganado durante los años anteriores para comprar apoyos. Entre esos apoyos estaba el del primer ministro YAFAR y el general Galib. Incluso llegó a casarse con la hija de Galib para reforzar todavía mas su poder... uyuyuyuyuyuyuy.
Al-Mansur, Yafar y Galib se aliaron y mandaron asesinar al pretendiente al trono Al-Mughira, dejando el camino despejado no para el califa Hisham sino para el propio Al-Mansur que instalará una auténtica dictadura militar llamada la DICTADURA AMIRÍ y que no solamente le tendrá como protagonista a él sino que a su muerte le sucederán dos de sus hijos. Esta dictadura sentará las bases de la caída del califato de Córdoba.
BOTE DE AL-MUGHIRA
El bote es otro claro ejemplo de regalos que recibieron los miembros de la familia real Omeya.
Hecho en marfil y de las mismas características que el bote de Zamora: dos piezas: tapa y bote, técnica del trépano, horror vacui u horror al vacío y cerradura en plata.
En la inscripción nos habla del maestro que realizó la obra: HALAF en el año 968. Un presente para el hermano del califa Al-Mughira. Es posible que fuera un encargo del propio califa Al-Hakam o encargado por la madre del protagonista: Mustad.
Escena cortesana: en el centro un personaje representado de pie toca el laúd
Lo más importante es el programa iconográfico, diferente y poco usual. Nos presenta cuatro medallones en el bote, ubicados de manera simétrica y otros cuatro en la tapa.
En estos medallones aparecen escenas de luchas de animales mezclados con ataurique... pero lo que conviene destacar son las escenas de tipo cortesano. Los musulmanes tienen totalmente prohibido representar la imagen figurada pero no es la primera ni la última vez que en Al-Andalus, ya sea en el califato, periodo taifa o en el reino nazarí de Granada aparezca esta excepción a la regla. Esto nos hace ver que Al-Andalus siempre fue un lugar especial, que en muchas ocasiones, abandonaba las estrictas reglas y nos dejaba ver una cultura completamente relajada y libre.
Tapa del bote de Al-Mughira con representación de leones enfrentados
Además de imágenes cortesanas, aparece escenas figuradas con halconeros, jinetes a caballo o músicos tiñendo instrumentos musicales de alta influencia musulmana como es el laúd.
Escena de un halconero dentro del medallón lobulado de la tapa
Escena de halconeros y animales enfrentados
Escena de lucha de animales con una influencia claramente persa
Jinetes cogiendo frutos
La presencia de escenas de luchas de animales enfrentados, nos indica una importante influencia del arte persa. Las escenas cortesanas nos dan pistas tanto de los objetos, vestimenta y protocolos que tenían como protagonista la ciudad palatina de Madinat Al-Zahara. Un objeto maravilloso para un momento de esplendor tan importante como fue el gobierno del califa Al-Hakam II.
Un abrazo
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