CRUCIFIJO DE DON FERNANDO Y DOÑA SANCHA (1063). MARFIL. MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL. SALAS REINOS CRISTIANOS

Crucifijo de Don Fernando y Doña Sancha (1063). Marfil. Museo Arqueológico Nacional. Salas Reinos Cristianos.

Esta entrada, va dedicada a mis alumn@s del Anual del Museo Arqueológico. Debido a la pandemia, no hemos podido terminar el curso pero... ¡VOLVEREMOS EN OTOÑO!

Uno de los objetivos de este blog, es daros a conocer algunas piezas emblemáticas de otros museos. Hoy me voy a detener en uno de los mejores museos que tenemos en España: El MAN. El Museo Arqueológico Nacional ha quedado espectacular, después de la maravillosa reforma y su inauguración el 31 de marzo del 2014. 

Las piezas de marfil que tiene el museo son de una calidad inigualable, siendo una de las más impresionantes, el Crucifijo de Don Fernando y Doña Sancha, datado en el S.XI.



Desde su origen, los humanos han utilizado el marfil como uno de los materiales para la producción de pequeños objetos dentro del arte mueble. Al ser poco frecuente (dientes, huesos o cuernos de procedencia animal), se le ha considerado un objeto de lujo. 

La técnica del marfil o EBORARIA, es complicada debido a que el material es maleable, cuarteado y su tratamiento a la hora de realizar el relieve o bulto redondo lo hace complicado. También tenemos que tener en cuenta que la procedencia de dicho marfil, haciendo que la propia forma de la pieza complique la talla. 

En la antigüedad, un tipo de escultura muy utilizada, fue la CRISOELEFANTINA (ORO Y MARFIL), esculturas realizadas en marfil para la carnación de las figuras y el oro para dar riqueza a los ropajes. Famosa es la escultura realizada por Fidias de Atenea Parthenos para El Partenón de Atenas, que según los escritos medía 12 metros de altura.

Atenea Parthenos (Crisoelefantina. Reproducción)

Desde los pueblos mesopotámicos, a los romanos, bizantinos han utilizado el marfil para pequeños objetos: cofres, estuches, peines, joyeros... incluso para sus tronos (que se lo digan al Emperador  Maximiano...) 

Trono de Maximiano (S. IV)

Pero vamos a nuestra pieza... antes de hablar de ella, no hay que dejar de mencionar a Al-Andalus. En pleno Califato de Córdoba (929-1031) hubo un momento de esplendor de la EBORARIA. Abd-Al Rahman III fundó la Ciudad Palatiana de Madinta Al-Zahara en el año 936. En esta ciudad se fundó un taller de marfil que nos ha dado piezas singulares y de las cuales hablaré en futuras entradas. La presencia del Califato en en Norte de África, hace llegar con más facilidad esta materia prima. De Al-Andalus traspasa fronteras a tierras castellanas. 

Este crucifijo fue encargado por los reyes Fernando I y Doña Sancha I de Castilla y León. Fernando  Conde de Castilla, por su matrimonio con Sancha,  reina de León después de la muerte de su hermano Bermudo III (1028-1037) sin descendencia, unificaron los dos territorios siendo la primera unificación de Castilla y León, Castilla ya como reino y dejando atrás su pasado como condado.
Su reinado (1037-1065) fue uno de los mayores momentos de esplendor de Castilla y León, debido a la disgregación del Califato de Córdoba en Reinos de Taifas. Los cristianos pasaban de pagar tributos a los musulmanes a los musulmanes pagar tributos a los cristianos, llenando las arcas reales, lo que supone un buen empujón al arte del momento: EL ROMÁNICO.

Los reyes mandaron construir la Real Colegiata de San Isidoro de León sobre unas antiguas construcciones prerrománicas, incorporando el Panteón de Reyes, uno de los panteones más antiguos conservados. El Panteón de Reyes está decorado con frescos que... son UNA PASADAAAAAAA. Lo dejaremos para otro capítulo.

El crucifijo fue un regalo de los reyes a la Real Colegiata como parte del ajuar que iba a acompañar a los restos de San Isidoro de Sevilla, reliquias que fueron traídas en el año 1062, siendo consagrada el 21 de diciembre del año 1063.


La imagen esta labrada por el anverso y el reverso. Representando a un Cristo Crucificado basado en el texto de la salvación del evangelio de San Mateo. Su función era contener la reliquia de la Vera Cruz. 

ANVERSO

La imagen de Cristo,  marca las características iconograficas del románico: 4 clavos, vivo, sin marcar 
el sufrimiento, ojos ovalados con pupilas de piedra de azabache y el PERIZONIUM o manto de pureza que le cubre hasta las rodillas, todo ello enmarcado en una cruz latina. En la parte inferior de la cruz, aparece la figura de Adán saliendo de su tumba, como representación del pecado original y la caída del hombre. En la parte superior, Cristo resucitado como representación de la salvación y a sus pies una inscripción.

IHCNAZA
RENUSREX
IVDEORV

Debajo de la figura de Adán, aparece una inscripción que nos habla de los mecenas, los reyes: 

FREDINANDUS REX
SANCIA REGINA


 La posición de Cristo está algo curvada por la forma del colmillo de marfil

 Inscripción nombra a los mecenas debajo del personaje de Adán

Cristo resucitado en la parte superior, rodeado por personajes entrelazados

Detalle del brazo de la cruz donde se puede ver a los personajes entrelazados, espirales y aves

REVERSO

En el reverso aparece una iconografía muy utilizada en el románico dedicada a parte del texto del Apocalipsis de San Juan. En el centro el AGNUS DEI o CORDERO MÍSTICO, representación del sacrificio de Cristo y en cada una de las esquinas de la cruz la representación del tetramorfos, es decir, la representación de los cuatro evangelistas a través de su correspondiente simbología: TORO (S. LUCAS), LEÓN (S.MARCOS), ÁGUILA (S.JUAN) y ÁNGEL (S.MATEO). 

Una de las características más increíbles es el HORROR VACUI U HORROR AL VACÍO, recogido de la técnica en marfil musulmana. La decoración del relieve a través personajes entrelazados bordeando la propia cruz y en la base decoración de lacería, recordando a la propia orfebrería prerrománica hace única esta pieza en del museo.


Agnus dei o cordero místico

León, representación de San Marcos

Para terminar, os tengo que contar un chascarrillo porque nos gusta mucho el cotilleo jeje. A la muerte de Fernando en el año 1065, en vez de dejar todo al mayor: Sancho... repartió el reino entre sus 5 hijos: Sancho se quedó con Castilla (que en aquellos momentos no era la potencia que luego será), Alfonso heredó León (la joyita de la corona, nunca mejor dicho), a  García le tocó (esto parece un concurso), Galicia y a sus hijas Urraca y Elvira le correspondieron Zamora y Toro respectivamente. 

Conclusión, se lió pero bien, esto desencadenó una lucha entre los hermanos... Todos querían TODO, TODO, pero Sancho tenía a su mejor caballero, vasallo y amigo RODRIGO DIAZ DE VIVAR "EL CID" pero eso lo dejamos para otro día muajajjajaajjajajajajajj (sonrisa muy muy pero que muy malvada)

Un abrazo 




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