SAN JUAN BAUTISTA CON EL MAESTRO FRANCISCANO ENRIQUE DE WERL. ROBERT CAMPIN (1375/1379-1444/1445). ÓLEO SOBRE TABLA. 1438

San Juan Bautista con el maestro franciscano Enrique de Werl. Robert Campin (1375/1379-1444-1445). Óleo sobre tabla de madera de roble. 1438. Museo Nacional del Prado. Sala 058

Para no dejar incompleta la tabla anterior de Santa Bárbara, en esta entrada le doy un pequeño toque a su compañera de tríptico, recordando que la tabla central desgraciadamente está perdida. 

La tabla de Santa Bárbara representaba perfectamente los atributos de la joven, a través de las características de la Pintura Flamenca. En este caso, la tabla de San Juan Bautista tiene un añadido más dentro de las innovaciones que nos deja esta grandiosa generación de pintores: EL ESPEJO.

Antes de explicar esta novedad, nos vamos a la iconografía: EL DONANTE, (el que ha pagado el tríptico, he pagado, yo salgo porque yo lo valgo) es ENRIQUE DE WERL. En la zona inferior de la tabla, a modo de inscripción dice: " En el año 1438, pinté esta efigie de Maestre Enrique de Werl, doctor de Colonia". Catedrático en Teología, en un viaje a Tournai, es muy probable que se pusiera en contacto con el pintor. Enrique aparece como donante, arrodillado, mirando hacia lo que era la tabla central. En perspectiva jerárquica, un poquito más pequeño que San Juan Bautista, que aparece detrás de él. Debió elegir a San Juan por la gran veneración que tenía a este santo... (Ya hablaremos un poquito más de la iconografía de San Juan en otro retablo sorpresa que os tengo preparado).

En cuanto a la composición, cumple las pautas de su compañera. La perspectiva se marca primero a través de las ventanas abiertas que nos permiten ver el paisaje de fondo, realizado con el detallismo que nos permite la nueva técnica del óleo. En segundo lugar se proyecta de un modo menor en el interior de la estancia, ya que decide colocar una pared de madera que nos tapa la profundidad de la escena, en este caso lo esta utilizando para colocar el elemento más importante de la escena: EL ESPEJO.





El elemento del espejo no es nueva en la generación de los Primitivos Flamenco. Uno de los hermanos Van Eyck, JAN, utiliza el espejo en un cuadro memorable: EL MATRIMONIO ARNOLFINI, pintado 4 años antes que este tríptico, en el 1434. Es un cuadro en el que me detendré en otra reseña porque... ¡SE LO MERECE!... que ve voy por las ramas... Volvamos al ESPEJO de Jan Van Eyck. El espejo lo utiliza el artista para abrir la composición pictórica hacia fuera, creando ese efecto espejo que nos permite ver lo que hay más allá. 
En el espejo de la tabla de Enrique de Werl, se puede apreciar dos figuras fuera de la composición, en este caso dos franciscanos, uno arrodillado y otro de pie observando la escena. Se puede percibir también la propia figura de San Juan Bautista de perfil, se encuentra en diagonal con el propio espejo. Todo esto se complementa con una ventana, funcionando como foco de luz en el interior de la escena. ¡MARAVILLOSO EL DETALLISMO, LA REALIZACIÓN PRECISA DE LOS PERSONAJES, LA ESCENA CASI OVALADA ACOMODÁNDOSE AL PROPIO MARCO DEL ESPEJO, ... HASTA HAY UNA PUERTA ABIERTA AL FONDO DE LA ESCENA!...




Matrimonio Arnolfini. Jan Van Eyck (1434)



Detalle del espejo. Tabla San Juan y Enrique de Werl

Por último... vuelvo al simbolismo: El rojo del hábito de San Juan. El azul lapislázuli (caro, carooooooooooo) de la tapicería del pequeño mueble que está entre el santo y el donante. La escultura de la Virgen con el Niño que remata la puerta "camuflada" en el fondo de la escena.

En resumen, una joya poco conocida del museo. ¡Tenéis que ir pero... mejor conmigo jijiji! 

Volveremos al tema del espejo... ¿No os suena en un cuadro realizado por mi grandísimo DIEGO VELÁZQUEZ?.


BIBLIOGRAFÍA

*Guía Museo Nacional del Prado. Editada Museo Nacional del Prado



Un abrazo


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